Esto es particularmente injusto si, además, se tiene en cuenta QUE CUANTO MÁS RICA ES UNA FAMILIA, MÁS VEHÍCULOS TIENE Y MÁS KILÓMETROS CONDUCE. Es decir, que las familias más pobres están transfiriendo impuestos a las más ricas para que estas puedan conducir. De hecho, si nos vamos a España la conclusión ineludible de los hábitos de movilidad incidan que las personas más ricas usan más el coche y que las personas más pobres usan más cualquier otra forma de movilidad.
Con datos del Instituto Nacional de Estadística, el 78,8 % de los hogares tienen un automóvil, de media. El dato proviene de dividir el número de hogares con automóvil (14 790,4 millones) entre el total de hogares (18 754,8 millones de hogares). Sin embargo, el reparto sobre la tenencia de vehículos (y aquí digo vehículos, aunque la gran mayoría son coches) no es homogéneo.