Lo primero que ha de quedar claro cuando se hablan de externalidades es la diferencia entre precio y coste. No son lo mismo. El precio es el dinero que pagas por adquirir un bien y un servicio, y el coste es el dinero total (aunque hay costes no monetarios) que la sociedad en su conjunto ha de cubrir si el precio es más bajo que el coste.
Cuando hablamos de coches y movilidad, el precio no tiene NADA que ver con el coste. Pero nada. El precio es una ganga comparado con el dinero que la sociedad ha de bombear hacia los conductores para que puedan seguir conduciendo porque la movilidad privada es una de las actividades humanas más subvencionadas que existen. Veamos algunos datos sobre la injusticia social que supone que como sociedad paguemos el coche que no usamos.