Vamos a empezar por lo más obvio. Así nos lo quitamos de encima.
El 23 de julio de 2011 Amy Jade Winehouse murió de una intoxicación etílica en su casa de Candem Town.
Tenía 27 años. La edad maldita del rock.
Y el mundo entero había presenciado su descenso a los infiernos.