Me gusta especialmente escuchar cánticos/leer pancartas en las que se habla de la okupación como una solución, casi la única alternativa ante la negligencia institucional. La ofensiva mediática y política contra el movimiento okupa se explica por el enorme potencial que tiene este como defensa ideal contra el rentismo mafioso.
Si logramos quitarle el estigma tenemos muchísimo que ganar.